19 febrero 2016

Ánforas púnicas en Santa Tecla

Por si hicieran falta más pruebas de que las influencias culturales y las invasiones étnicas de toda especie llegaron a Galicia por mar, ahora se acaba de descubrir en el Castro de Santa Tecla, cuya ocupación se data desde el 2000 a.C. hasta la llegada de los romanos, una cueva donde hay restos de ánforas púnicas (cartaginesas) y figuras de bronce del siglo IV a.C.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/2016/02/18/descubren-trega-gruta-siglo-iv-cristo-unica-norte-peninsular/0003_201602V18C8992.htm

Esa cultura castreña, que se desarrolló entre los años 700 a.C. y el año 0 de nuestra era, es una cultura ligada a la edad del hierro, y por tanto una cultura celta, o de Halstatt, como se la conoce habitualmente en centroeuropa.

Esa cultura castreña es la misma que se difunde por Irlanda, Gales, Escocia y Bretaña y que da lugar a las edificaciones típicas de estas regiones, del mismo tipo que las que aparecen en el monte de Santa Tecla. Probablemente es la misma cultura que produce enterramientos en forma de mámoas, aunque su datación es mucho más antigua, que se pueden rastrear en Irlanda, Newgrange, y en Galicia, y que producen petroglifos y Dólmenes como el de Dombate.
Newgrange, Co. Meath, Irlanda.
Esa sintonía de formas de vida, de expresiones culturales, de rastros lingüisticos, de toponimia, de nombres de dioses, de héroes y reyes, nos lleva a pensar que hay una larga historia en común a lo largo de la ruta que lleva desde las remotas regiones del mediterráneo oriental hasta las costas atlánticas.    

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