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16 agosto 2024

La torre de Hércules y su pasado

La Torre de Hércules que hoy podemos observar es la reconstrucción del siglo 18 de los restos de la torre romana, que deteriorada y abandonada se conservó a lo largo de los siglos.
La Torre de Hércules tiene una característica que la hace única y que tal vez sea más significativa de lo que parece. Su estructura helicoidal, resultado de la existencia de una rampa que la circunvalaba y que servía para llevar carros con el material necesario para mantenerla encendida, solo es rastreable en otro ejemplo notable de la arquitectura de la época: el Faro de Alejandría.

La altura del faro de hércules es de 57 metros, ​​y la fecha de construcción aproximada data del siglo I.  Este sería su aspecto original, según una reconstrucción digital bastante fidedigna.

La estructura subyacente fue utilizada durante la edad media como castillo. Su aspecto sería más o menos el que presenta esta reconstrucción, también digital.

Finalmente la torre fue reconstruida en el siglo 18, bajo el reinado de Carlos III, siendo finalizada en 1791. Se utilizó para ello únicamente el cuerpo central, con sus escaleras y sus cámaras intermedias pero obviando su rampa exterior, cuya traza queda reflejada en las hiladas de piedra que la recorren todo alrededor.

Ese es el aspecto que conserva aún en nuestros días.

Si buscamos precedentes y faros que utilizaban una misma estructura hemos de referirnos obligatoriamente al Faro de Alejandría.

Según la historiografía el Faro de Alejandría fue construido en el siglo III a. C. en una isla a la entrada del puerto de Alejandría, en Egipto. Su altura estaba estimada entre los 115 y los 150 metros.
Una de las características de este faro era que su acceso se realizaba por una rampa. Las reconstrucciones más difundidas  dicen que tendría un aspecto similar a este:

Sin embargo, las monedas antiguas lo representan de una forma menos gloriosa y curiosamente más parecida a la del faro de la Torre de Hércules

En cualquier caso si observamos su estructura vemos que se compone de los mismos elementos arquitectónicos que la Torre de Hércules: una rampa exterior y una estructura interna que combinaba escaleras y un espacio abovedado central. También existe la coincidencia de que en ambos faros, en el de Alejandría y en el de A Coruña, existían sendos espejos que reflejaban y proyectaban la luz a distancia, del que en el de A Coruña existe la leyenda de que había sido robado.

Si acudimos a los datos históricos vemos como, junto con el de Alejandría y el de Cádiz, probablemente, era uno de los faros más importantes de la navegación marítima por el Océano Atlántico, pues indicaba la dirección hacia el norte, con las Islas Británicas y Bretaña como objetivo principal.  
Como ya indiqué en artículos anteriores no solo son conocidas la llegada de los Escoceses a Galicia en época preromana por vía marítima sino también, y sobre todo, los viajes de los Fenicios por el Mediterráneo y su llegada a Galicia, donde tendrían varios puertos de referencia. Uno de ellos sería Coruña, cuyo topónimo, según recientes investigaciones, tendría un origen púnico. El otro sería el Coído de Bares, en el espectacular y significativo cabo de Estaca de Bares, donde sus dos puntas emergentes parecen indicar la dirección de la Bretaña francesa.
Si buscamos en la historia apenas podemos encontrar faros que se le parezcan, pero curiosamente el faro más importante en Hispania en la época romana fue el de Gádir que estuvo en pie hasta que en junio de 1146, cuando el almirante musulmán Ali Isa Maymún lo demolió. Recientemente se ha encontrado un dibujo en carbón de leña (siglo III d.C.) que lo representa como una torre con una estructura en espiral que asciende a una planta superior, cilíndrica, donde brilla la luz de la linterna.


También el Faro de Ostia (Italia) Siglo I fue construido siguiendo el modelo del faro de alejandría, de forma circular, pero desconocemos si disponía de una rampa en espiral o no.

Sobre si la antigüedad del faro de la Torre de Hércules es anterior a la época romana existen diversas opiniones.  Existen restos de petroglifos de la Edad del Hierro (siglo 8  a 1 a.C.) a en la cercana Punta Herminia y existen exvotos, como el del probable constructor de la torre romana, que indicaban que se trataba de un lugar de culto o lugar sagrado.
Si hacemos caso de algunos autores, como F. Tettamancy, la torre romana sería la reconstrucción de otra torre anterior, de origen fenicio o celta, cuyo aspecto podría ser este:

También es conveniente señalar que la Torre está vinculada con un número suficiente de leyendas como para pensar que su origen es anterior al ya conocido y que se encontraba ligada a profundas creencias y a recuerdos del acervo popular, que como sabemos se mantienen a lo largo del tiempo.
Una de estas leyendas es la del gigante Gerión, que fue vencido por Hércules y cuya cabeza se hayaba enterrada bajo la torre. También dice la leyenda que el héroe mandaría edificar la torre y fundar en su proximidad la ciudad que llamaría Crunia. Fue un sobrino de Hércules, Espan, quién pobló estas regiones y fue nombrado rey de España (Espan).
No olvidemos que Hércules está ligado a la cultura Escita y que estos, muy probablemente, fueron los antepasados de los Escoceses que, como sabemos, también pasaron por aquí. Y no olvidemos tampoco que el Hércules de origen griego-escita se dice que nació en Anatolia. También en las leyendas escocesas los jefes o reyes escoceses Nél y Gollamh (Mil) son de origen anatolio.
Otra de las leyendas es la que tiene como protagonista a Breogán, fundador de Brigantia, en cuya costa edificó una torre. Su hijo Ith trataría de conquistar Irlanda, pero fue asesinado. Pero fue su hermano, Mil, quien finalmente llevaría a cabo la empresa.
Y finalmente la leyenda de San Brandan no es más que una revisión de las anteriores. Según ella el monje sube a la torre y divisa una isla en la lejanía. Tras montar en una barca con varios compañeros viaja a través del mar descubriendo islas maravillosas hasta que al fin consiguen regresar y es entonces cuando se dan cuenta de que han pasado cientos de años desde su partida.

Todos estos datos nos llevan a reflexionar sobre el hecho de que la Torre pudiera ser un hito más importante de lo que parece y que se halle ligado profundamente a los mitos y leyendas de los pueblos que las habitaron en períodos protohistóricos, entre ellos los Escoceses, y a las navegaciones que los Fenicios hacían por estas latitudes, cuya frecuencia e importancia está más que demostrada, como lo atestiguan los numerosos vestigios prehistóricos y el hecho de que la cultura de los dólmenes y los petroglifos fuera difundida a través del Mediterráneo de Oriente a Occidente.


06 marzo 2016

Los santuarios marítimos en Galicia y las navegaciones históricas

Existe una clara evidencia de que la población gallega estaba íntimamente ligada a la navegación marítima en épocas anteriores a los romanos.

Baste para ello recordar la existencia del santuario del Monte do Facho o el Facho de Donón, en la península del Morrazo, la llegada del apostol Santiago a Padrón o el santuario de San Andrés de Teixido, a donde "vai de morto quen non vai de vivo".
A ello podíamos añadir la existencia del faro de Hércules en A Coruña, el faro de Finisterre, final del camino de Santiago, o la misma existencia de San Martín de Mondoñedo, antigua catedral a donde volvieron los bretones cuando huyeron de la Gran Bretaña, por mor de la presión que ejercían los vikingos sobre aquellas tierras.

Las coincidencias son apabullantes: en Monte do facho se veneraba a un dios indígena llamado Berobreo (que muchos ligan con el mito de Breogán). Este santuario se cristianizó y se transladó a San Andrés de Hio.



Esta conversión del Santuario en una iglesia dedicada a San Andrés ha llamado mi atención, porque existe otro santuario famoso, el de San Andrés de Teixido, que tantas evidencias tiene de su ligazón con la navegación marítima y los mitos que nos vinculan con los Escoceses y el poblamiento temprano de Gran Bretaña e Irlanda por cuenta de los Escotos o Escoceses.

Y no solo porque San Andrés sea patrono de Escocia, y porque su bandera, la Cruz de San Andrés sea una versión duplicada e invertida de la bandera gallega.
Sino también porque los mitos que acompañan estos santuarios están ligados a la navegación marítima (a costa da vela en o Facho de Donón, la llegada de San Andrés a la costa de Teixido) y porque sus historias son muy similares a la que acompaña a otro gran mito de la cultura gallega, la llegada del apostol Santiago a la ciudad de Iria Flavia (la antigua Padrón), en una época en la que la ciudad de Santiago no existía en absoluto.

Es evidente que tanto en los casos de San Andrés como en el de Santiago nos encontramos con cristianizaciones de cultos antiguos, todos ellos ligados a la navegación, puesto que los dos santos llegaron por mar.

Los escoceses nos relatan en su DECLARACIÓN DE ARBROATH, escrita en 1320, como los escoceses escogieron a San Andrés como su patrón. Cabe pensar que fue esta elección la que dio lugar a los mitos de San Andrés en Galicia.

Si a ello unimos el hecho de que el descubrimiento de la tumba del apostol Santiago en Compostela, en el año 814, se liga a la supuesta llegada del apostol a Iria Flavia en una época poco posterior a su muerte, no nos queda más remedio que pensar que las coincidencias con la figura de San Andrés son más que razonables para que podamos rastrear un origen común, ligado a los mitos que acompañaron al poblamiento celta de Galicia.

Cabe colegir de esto que la cristianización de lugares de culto antiguos o paganos llevaron a las autoridades eclesiásticas y a los reyes de aquel tiempo a elegir entre los apóstoles más significados de la religión triunfante para dignificar y convertir en propios los cultos antiguos que pudiera haber en estos territorios.

19 febrero 2016

Ánforas púnicas en Santa Tecla

Por si hicieran falta más pruebas de que las influencias culturales y las invasiones étnicas de toda especie llegaron a Galicia por mar, ahora se acaba de descubrir en el Castro de Santa Tecla, cuya ocupación se data desde el 2000 a.C. hasta la llegada de los romanos, una cueva donde hay restos de ánforas púnicas (cartaginesas) y figuras de bronce del siglo IV a.C.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/2016/02/18/descubren-trega-gruta-siglo-iv-cristo-unica-norte-peninsular/0003_201602V18C8992.htm

Esa cultura castreña, que se desarrolló entre los años 700 a.C. y el año 0 de nuestra era, es una cultura ligada a la edad del hierro, y por tanto una cultura celta, o de Halstatt, como se la conoce habitualmente en centroeuropa.

Esa cultura castreña es la misma que se difunde por Irlanda, Gales, Escocia y Bretaña y que da lugar a las edificaciones típicas de estas regiones, del mismo tipo que las que aparecen en el monte de Santa Tecla. Probablemente es la misma cultura que produce enterramientos en forma de mámoas, aunque su datación es mucho más antigua, que se pueden rastrear en Irlanda, Newgrange, y en Galicia, y que producen petroglifos y Dólmenes como el de Dombate.
Newgrange, Co. Meath, Irlanda.
Esa sintonía de formas de vida, de expresiones culturales, de rastros lingüisticos, de toponimia, de nombres de dioses, de héroes y reyes, nos lleva a pensar que hay una larga historia en común a lo largo de la ruta que lleva desde las remotas regiones del mediterráneo oriental hasta las costas atlánticas.    

14 febrero 2016

Los escoceses en Galicia y el mito de Hércules


Hay una tendencia creciente a creer que los pueblos Escitas, que habitaron la región del Ponto en fechas anteriores a la llegada de los romanos, son los antepasados de los actuales escoceses. Esto se relaciona con el poblamiento celta de la península, que tuvo lugar entre los años 700 y O a.C., coincidente también con la cultura del hierro, representativa de este pueblo.

Pero si bien la historiografía más habitual nos dice que los celtas llegaron a la península atravesando los Pirineos, lo que supondría que se habrían enfrentado a los Vascos en el oeste, y a los pobladores de la región catalana por el este, de lo cual no hay ninguna evidencia, lo más posible es que el poblamiento celta de la península haya tenido lugar por mar y sobre todo a través del Mediterráneo.

Esto se acomoda muy bien con la historia del pueblo escocés, que tanto tiene que ver con nuestra tierra, Galicia.

Si seguimos la mitología expresada en el Leabhar Gabhála  ‘libro de las invasiones’ existen dos reyes míticos de la tradición galesa, galo-irlandesa y escocesa. Uno de ellos es el llamado Nél, contemporáneo de Moisés en Egipto (siglos XIV o XIII), y otro es Golamh es llamado en España Mil de Spaan, poblador y gobernador del reino de Brigantia en A Coruña (Crunna).

Gollamh es contemporáneo del faraón Nectanebus, por tanto su existencia es en torno a los años 360—342 a.C. Según su leyenda Nectanebus era el padre de Scota, la princesa egipcia que  dio nombre a los escoceses.

Si bien no podemos dar mucho crédito a las noticias en sí, y tampoco a los nombres de los héroes, puesto que se repiten a lo largo de la historia, si debemos tener en cuenta los cambios y migraciones a lo largo de los relatos, pues estos sí que tienen que ver con movimientos reales de las poblaciones.

Una versión de estos movimientos, esta vez sacada de fuentes históricas, dice que en el siglo VI a.C. Idantirso, Rey de los escitas, se vio obligado a dejar su tierra, la Escitia Mayor, ante la invasión de Darío, hijo de Histaspes, Rey de Persia. Ante la proximidad de los invasores a los lugares donde se encontraban los sepulcros de sus padres, Idantirso envió a Darío un pájaro, un ratón, una rata y cinco flechas, dándole a entender que si los persas no echaban a volar como las aves, se escondían en la tierra como los ratones, o en el agua como las ranas, morirían heridos por los escitas.

Según Estrabón, Idantirso marchó sobre Asia, saqueó Nínive, la capital de Asiria, y más tarde se alió con esta potencia con el propósito de derrotar a Media, Babilonia y otras naciones. Sus incursiones llegaron incluso hasta el norte de Egipto. El hecho de que la ciudad de Bet-san, en el noreste de Israel, recibiera más tarde el nombre de Escitópolis pudiera indicar que por algún tiempo estuvo bajo dominación escita (1 Samuel 31:11, 12).

Esto nos lleva a pensar que los Escotos, los descendientes de Scota y de Golamh (llamado en España Mil de Spaan) se instalaron en el noroeste peninsular en una época claramente posterior al año 342 a.C.

Esto nos lleva a la segunda de las hipótesis, que algunos historiadores han señalado de que los pobladores del noroeste de la península ibérica se habían asentado primero en el sur de la península, en territorios asimilados con la llamada cultura Tartésica y el mítico rey Argantonios, aunque en época posterior a la desaparición de este reino.

En la descripción de Estrabón de la península se dice claramente que había una población de celtici al sur del río tajo, en loa actual portugal. Al mismo tiempo señala que en el noroeste existía el reino de los Artabri, claramente situado entre las rías bajas y la ría de Betanzos (Brigantium), donde finalmente acaban asentándose los Artabros, probablemente para huir de los piratas y las incursiones por mar.

Lo cierto es que los Escotos fundaron un reino en torno al puerto de A Coruña, antiguamente denominado Brigantium, tierra de Breogán.

Todo esto ya se ha demostrado de forma feaciente a través de múltiples estudios. Y es ahí donde se rastrea la parte más interesante de este estudio, la conexión de la historia de los Escoceses con la figura de Hércules en la mitología griega y se constata que no es por casualidad que fuera este quien
pusiera nombre a la torre que aún subsiste en la ciudad de A Coruña.

Dícese en las Crónicas de Alfonso X el Sabio que el sobrino de Hércules, Espan, pobló y determinó el faro que empezara Hércules en el cabo de A Coruña (Crunna).

Curiosamente el mito de Hércules también tiene algo que ver con los Escitas, con los Fenicios y con el posible poblamiento del Noroeste peninsular.

Existe un Hércules de origen griego-escita que nació en Anatolia. También los jefes o reyes escoceses Nél y Gollamh (Mil) son de origen anatolio.

Si analizamos la historia de Hercules vemos como su relación con España es muy extensa.

En las Crónicas de Alfonso X se dice que Hércules desembarcó en el sur de la península fundando el asentamiento de Cádiz. Es notable comprobar el enorme parecido geográfico entre A Coruña y Cádiz, que todo el mundo puede ver.

También se le atribuye en este mismo documento la fundación de la ciudad de Crunna (Coruña) en un lugar deshabitado de Galicia.

En el Leabbar Gabhála se dice que Golamh viaja en barco desde Africa y desembarca en el sur de la península, fundando un asentamiento.

En las crónicas de Alfonso X se dice que el sobrino de Hércules, Espan (España) pobló y determinó el faro que empezara Hércules en el cabo de Crunna.

Hércules recibe su nombre del lenguaje griego Her-cleos (batallador, guerrero alabado). Se dice que Hércules es de origen griego-escita y que nació en Anatolia.

Mientras tanto en el Leabbar Gabhála se dice que Golamh es llamado en España Mil de Spann, poblador y gobernador del reino de Brigantia, en Crunna. También se dice que tanto Nel como Gollamh (Mil) son de origen griego-escita, de Anatolia o de su entorno.

Todas estas coincidencias nos llevan a pensar que Hércules es la mitificación por parte de los griegos de la figura del caudillo Escita y por tanto, del caudillo Escocés Gollamh.
Hércules en el jardín de las Hespérides

Otro caso es la figura de Breogán, Bregant o Brath.

El libro de las invasiones nos dice que Mil de España (Los hijos de Mil conquistaron Irlanda) era hijo  de Bil, nieto de Brig, bisnieto de Nemh, tataranieto de Dátho y tataratataranieto de Bregant (Breogán) rey de los Artabros.

Es así como se pued establecer una geonealogía que nos lleva de:
Nél, contemporáneo de Moisés (siglos XIV o XIII)
Idantirso, deja su tierra, la Escitia Mayor, VI a.C.
Gollamh, años 360—342 a.C., casado con Escota en Egipto.
Hércules y Espan fundan el faro de Hércules (mit. griega)
Breogán, Bregant o Brath (rey de los ártabros).
Mil, conquistador de Irlanda (cuarta edad del mundo) que aunque algunos atribuyen a la época del Rey David de la Biblia (en torno al año 1000 a.C.) también puede referirse al año 4 de nuestra era.

Esta última fecha sería definitiva para aclarar que fue en esa época cuando posiblemente tomasen la decisión de migrar a Irlanda y la razón esté en la aparición de los romanos en el noroeste peninsular (Año 24 a.C.)

Viene a cuento aquí recordar que los Escitas (Escotos), en el Ponto, se habían enfrentado a los romanos, con desastrosas consecuencias, en el año 75 a. C. y posteriormente con Julio Cesar en el año 47 a.C., así que no tendrían ganas de entablar combate otra vez y se largaron a Irlanda.

JERL

30 diciembre 2015

La peripecia del pueblo Escita

No resulta muy fácil desentrañar las peripecias que llevaron a la desaparición de los Escitas, entre el año 65 a.C. y el final de las invasiones bárbaras, que culminaron con la llegada de Atila (hacia 406-453), el último y más poderoso rey de los hunos.

REINO DEL PONTO
Sabemos por la historia de Roma que Cneo Pompeyo Magno combatió y venció a Mitrídates VI, rey del Ponto, entre los años 75 y 65 a. C.
Sabemos también que el reino del Ponto se articulaba en torno al Mar Negro, y que su situación principal era al noreste de Anatolia, en la actual Turquía.

LOS GALATAS
Entre los indicios que nos permiten sospechar que los pueblos celtas, o galatas, andaban ya por allí, nos llama la atención la existencia del reino de Galacia. Esta antigua región del Asia Menor (actualmente Turquía) es el lugar donde se asentaron algunas tribus migratorias de galos procedentes de las tierras germanas a principios del siglo III a. C. La región tomó su nombre de estos galos y sus habitantes se llamaron gálatas.
El rey gálata Dejotaros era vasallo de Roma en el 47 ac. También la carta de San Pablo a los Gálatas nos da fe de su existencia, así como la Torre de los Gálatas, en Estambul.
Cuando Mitrídates VI fue derrotado, el territorio oriental del Ponto fue entregado nuevamente al rey Dejoratos de Galacia. Tras su muerte en 41 a. C., Galacia siguió controlando la mitad oriental del Ponto durante algunos años, con reyes títeres impuestos por Roma hasta su anexión definitiva en el
año 63 y su unión a la provincia de Galacia-Capadocia.

LOS ESCITAS
Sobre el pueblo Escita hay poca información. Se sabe que eran feroces guerreros, que eran excelentes jinetes, que poseían varias esposas y que enterraban a sus muertos en túmulos construidos con tierra y rocas en lugar muy visibles, de una forma muy parecida a las mámoas gallegas o a los enterramientos megalíticos de Irlanda.

El territorio que ocuparon estos pueblos se denominaba Escitia Mayor y Escitia Menor, siendo el primero el espacio que se corresponde con los alrededores del mar de Aral y la península de Crimea, y el segundo, la Escitia Menor, un territorio que se extiende hacia el sur desde la desembocadura del Danubio en el Mar Negro.

La historia de los Escitas está plenamente ligada a los avatares del final de la guerra del Ponto. Un hijo de Mitrídates VI, Farnaces II, que mandó matar a su padre y pactó con los romanos, se mantuvo en el poder hasta que comenzó a hacer conquistas por su cuenta y se anexionó el reino de los Gálatas. El propio Julio Cesar intervino en el año 47 a.C., a su vuelta de Egipto y venció a Farnaces, que se refugió en el estrecho del Bósforo, donde logró reunir una pequeña fuerza de escitas y sármatas.

Es precisamente en el escenario de Escitia Menor donde probablemente se desarrolló la última escena de este drama. Como dato anecdótico, pero no menos revelador, existe una población en la actual Rumanía, en el lado norte del Danubio, llamada Galati (que nos recuerda a los Gálatas de la península de Anatolia).

No es de extrañar pues que este pueblo migrase a algún otro lugar donde pudiera vivir en paz.

Se sabe que el rey del Ponto, Mitrídates VI, poseía una flota de no menos de 300 navíos, lo que da idea de que tenía una notable potencia naval y un importante conocimiento de la navegación, lo que le permitiría sin duda realizar grandes travesías.

Es por esto por lo que suponemos que, frente a la historiografía clásica, los pueblos Escitas, como los Fenicios, los Griegos, los Cartagineses y los llamados Pueblos del Mar (Edad de hierro), se expansionaron y migraron  fundamentalmente por vía marítima.

Es por vía marítima como llega la cultura megalítica (STONEHENGE, 2600 a.C.) y es por via marítima como llega también el bronce primero (2000 a.C.) y el hierro después (700 a.C.).

Es facil suponer, por tanto, que los intercambios marítimos, documentados o no, hayan sido muy frecuentes en épocas anteriores a los romanos, y que el tráfico (de mercancías y de gente) haya sido mucho más numeroso de lo que se podía suponer.

Y es ahí donde se sitúa el relato que los Escoceses hacen de sí mismos en la DECLARACIÓN DE ARBROATH, de 1320 d. C.

http://goravorontsov.blogspot.com.es/2014/10/los-escoceses-y-nosotros.html

En ella se nos dice que los Escoceses vivieron en Galicia en torno al año 0 y que pasaron a la actual Irlanda en algún momento entre este año cero y el año 1000 d.C., como recoge el Lebor Gabála Érenn (Libro de las Conquistas Irlandesas) y la leyenda de Breogán y de otros reyes galaicos de la época.

Lo más probable es que lo hicieran en torno al año 507,el momento en que los visigodos pasaron a establecerse en Hispania. No hay más que recordar que los visigodos estuvieron en Escitia Menor en el año 378.

El único misterio consiste en averiguar en que año exactamente y por qué causa abandonaron los Escitas la Escitia Menor, pero se puede suponer que esto tuvo lugar entre el año 47 a.C. y el 378 d.C., aunque no somos capaces de averiguar si fue de forma brusca o de manera gradual.

En el año 378 d.C. se produjo en el territorio de Ecitia Menor la batalla de Adrianópolis, entre los Visigodos, que luego invadieron la península ibérica, y el emperador romano Valente (328-378), que murió en la batalla. A los visigodos siguieron los Ostrogodos y casi a continuación pasó por allí Atila, que terminó por invadir Italia en el 452.

Lo más probable es que la fecha en la que los escitas emigraron del oriente mediterráneo fuese en torno al año 0, pero también cabe la posibilidad de que esta fecha se retrasase hasta el siglo IV y que el miedo a los visigodos fuera lo que les obligó a marchar de Escitia Menor primero y de la península ibérica, y de Galicia, después.

Como recuerdo de la existencia del pueblo Escita hay una evidencia que los delata: la existencia de la Gaita.

Esta está documentada como instrumento musical en Turquía, el "Turkish tulum", en una región en el noreste del país donde se situaba el reino del Ponto. También lo está en Galicia, naturalmente, y en Escocia, donde es el instrumento nacional.

http://disenoadormideras.blogspot.com.es/2015/09/la-gaita-escocesa-y-nosotros.html

¿Alguien necesita más pruebas?