Baste para ello recordar la existencia del santuario del Monte do Facho o el Facho de Donón, en la península del Morrazo, la llegada del apostol Santiago a Padrón o el santuario de San Andrés de Teixido, a donde "vai de morto quen non vai de vivo".
A ello podíamos añadir la existencia del faro de Hércules en A Coruña, el faro de Finisterre, final del camino de Santiago, o la misma existencia de San Martín de Mondoñedo, antigua catedral a donde volvieron los bretones cuando huyeron de la Gran Bretaña, por mor de la presión que ejercían los vikingos sobre aquellas tierras.
Las coincidencias son apabullantes: en Monte do facho se veneraba a un dios indígena llamado Berobreo (que muchos ligan con el mito de Breogán). Este santuario se cristianizó y se transladó a San Andrés de Hio.
Esta conversión del Santuario en una iglesia dedicada a San Andrés ha llamado mi atención, porque existe otro santuario famoso, el de San Andrés de Teixido, que tantas evidencias tiene de su ligazón con la navegación marítima y los mitos que nos vinculan con los Escoceses y el poblamiento temprano de Gran Bretaña e Irlanda por cuenta de los Escotos o Escoceses.
Y no solo porque San Andrés sea patrono de Escocia, y porque su bandera, la Cruz de San Andrés sea una versión duplicada e invertida de la bandera gallega.
Sino también porque los mitos que acompañan estos santuarios están ligados a la navegación marítima (a costa da vela en o Facho de Donón, la llegada de San Andrés a la costa de Teixido) y porque sus historias son muy similares a la que acompaña a otro gran mito de la cultura gallega, la llegada del apostol Santiago a la ciudad de Iria Flavia (la antigua Padrón), en una época en la que la ciudad de Santiago no existía en absoluto.
Es evidente que tanto en los casos de San Andrés como en el de Santiago nos encontramos con cristianizaciones de cultos antiguos, todos ellos ligados a la navegación, puesto que los dos santos llegaron por mar.
Los escoceses nos relatan en su DECLARACIÓN DE ARBROATH, escrita en 1320, como los escoceses escogieron a San Andrés como su patrón. Cabe pensar que fue esta elección la que dio lugar a los mitos de San Andrés en Galicia.
Si a ello unimos el hecho de que el descubrimiento de la tumba del apostol Santiago en Compostela, en el año 814, se liga a la supuesta llegada del apostol a Iria Flavia en una época poco posterior a su muerte, no nos queda más remedio que pensar que las coincidencias con la figura de San Andrés son más que razonables para que podamos rastrear un origen común, ligado a los mitos que acompañaron al poblamiento celta de Galicia.
Cabe colegir de esto que la cristianización de lugares de culto antiguos o paganos llevaron a las autoridades eclesiásticas y a los reyes de aquel tiempo a elegir entre los apóstoles más significados de la religión triunfante para dignificar y convertir en propios los cultos antiguos que pudiera haber en estos territorios.