En un acto de sublime
sabiduría el Lama Gora Rinpoche ha alcanzado la perfección, el nirvana.
Desvanecido en el aire como un fantasma, su cuerpo ha alcanzado los últimos
objetivos místicos. El universo ha bajado y se ha fundido con la esencia del
Lama, dejando en la tierra una profunda tristeza y silencio. En el lugar que
ocupaba el Lama, una habitación del piso bajo del palacio, ha aparecido un
oscuro agujero, en cuyo interior apenas se atisba la nada. Los monjes han
hecho voto de sacrificio y deseo de emprender una nueva misión: difundir sus
enseñanzas del Lama Gora Rinpoche por el mundo. A este efecto abandonarán las
tierras de Oliphant Castle y darán por terminada esta fase de su experiencia
mundana.
Básil Aloisius Gianaclis Lorenzo
será el encargado de clausurar el edificio, cerrar sus puertas y dinamitar sus
cimientos.