Esta extraña sensación de unión que tiene la gente cuando comparte, aplaude y reivindica las medidas de protección contra el virus, cuando hace seguidismo del gobierno, cuando censura a los que no siguen las normas, no es más que la antesala de la muerte, la destrucción de la sociedad como sociedad libre, el fín de las utopías, la decadencia de las ideologías, la muerte de la rebeldía frente al poder y sobre todo frente a los poderes fácticos del dinero, de la comunicación, de la manipulación de masas.
Hemos llegado a un punto de inflexión tal que ya no puede haber vuelta atrás, la libertad ha muerto, la democracia también, los avances sociales y la cultura del bienestar también. Ahora solo nos queda la penuria, el esclavismo, la incautación de bienes, la pobreza y la muerte en condiciones infrahumanas. Los veréis, tal vez sí.
BG, in Pontusval.
