El creador del club Bildelberg, el conde Bernhard Leopold Friedrich Eberhard Julius Kurt Karl Gottfried Peter de Lippe-Biesterfeld (príncipe con tratamiento de Alteza Serenísima) fue esposo de la Reina Juliana de Holanda y abuelo del actual rey, también miembro del club Bildelberg.
Ahora están en trance de dar la puntilla a el crecimiento y el desarrollo internacional intentando camuflar la previsible quiebra del sistema financiero que ellos mismos ayudaron a crear y que unos cuantos poderosos de Sillicon Valley intentan afianzar.
Sed ahora cuidadosos con todos los tópicos y las consignas que nos lanzan a través de la red: la lucha contra el cambio climático, la descarbonización, la nueva normalidad, el black lives matter, el feminismo radical, las organizaciones lgtb, el antifascismo y la creciente ola de nacionalismo excluyente.
Sobre esto último escuchad las palabras de Eric Hobsbawn:
"La situación proporcionaría a los cada vez más numerosos movimientos étnicos del nacionalismo de finales del siglo XXC argumentos poco convincentes en defensa de la viabilidad de la independencia de Corcega o de las Islas Canarias; poco convincentes porque la única separación que se lograría con la secesión sería la separación del estado nacional con el que estos territorios habían estado asociados con anterioridad. Económicamente, en cambio, la separación los convertiría, con toda certeza, en mucho más dependientes de las entidades transnacionales cada vez más determinantes en estas cuestiones. El mundo más conveniente para los gigantes multinacionales es un mundo poblado por estados enanos o sin ningún estado".
Eric Hobsbawn, Historia del S. XX. Buenos Aires, 1999. Pag. 895
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