14 octubre 2022
30 septiembre 2022
27 septiembre 2022
22 septiembre 2022
Vivir no consiste en imitar a la naturaleza
Vivir no consiste en imitar a la naturaleza, sino en evitar que la naturaleza acabe con nosotros.
Básil Gianaclis, rex nemorensis
02 septiembre 2022
Hazte pobre por tí mismo
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Hazte pobre por tí mismo. Ahora ya no necesitas que te exploten o que te roben. Hazlo por ti mismo. Compra un coche que te arruine, una tarifa eléctrica que te deje sin aliento. Renuncia a la carne, a las vacaciones. No viajes en avión. Vete a vivir al campo, cultiva alimentos biosaludables. Y poor supuesto no ocupes un lugar en el cementerio. Incinérate y no dejes rastro de tu paso por el mundo.
Así todo irá mejor, aunque tú no puedas disfrutarlo.
BG
24 agosto 2022
Los caminos que conducen a la verdad
Los caminos que conducen a la verdad son altos, claros y limpios, pero también son solitarios, raros y fríos.
BG, camino de Oliphant Castle.
17 agosto 2022
05 agosto 2022
El mal salvaje
El ser humano no es el "buen salvaje" ideado por Rousseau. El ser humano es el MAL SALVAJE, ese ser destructivo que maltrata a los suyos y se maltrata a sí mismo, provocando el caos, el dolor y la muerte allá por donde pasa.
GV
Corolario: Debemos prepararnos pues para vivir esa pulsión, para protegernos de sus efectos y para reconducir estos hacia la sabiduría, la razón y el entendimiento de nuestra propia naturaleza.
BG
La Rama Dorada de la Eneida:
La
El árbol es central en el mito de Eneas, quien fue informado por la Sibila de Cumas de que tenía que arrancar una rama de hojas doradas para protegerse cuando se aventurara en el Hades en busca del consejo de su padre muerto.
02 agosto 2022
01 agosto 2022
El segundo cielo
“¿A dónde irán?” me pregunté, mientras el sonido de los
címbalos se apagaba en mi memoria y el rumor del viento me devolvía a la
realidad. “¿A dónde irán?” me pregunté
de nuevo, esta vez en voz alta, y desperté en mi cama, sumido en un intenso
estupor.
Gora Vorontsov, 2002.
El segundo cielo. Nubes vagantes son cortinas vagas del cielo.
“El segon cel, imaginat
en una nit d’estiu a la vora del mar”.
Jaume Sisa
31 julio 2022
24 julio 2022
El bosque de Nemo
El bosque de Nemo está situado en un lugar cercano al monte Klossowski, en el centro de la isla de Crisoelephantina. Para ello es necesario pasar por la ciudad de Ültima, cuyas ruinas aún se pueden ver n lo alto de una colina. Después hay que pasar una estepa semidesértica, a cuatro mil metros de altura. Allí vive una tribu de nómadas Ultmenos.
El sacerdocio de la Diosa A nice Pair Faith esta vetado a los hombres del mundo real. Para convertirse en rex nemorensis (“rey del bosque”, como rezaba su título oficial) debía matar a quien ostentaba el cargo. Para un fantasma huido, llegar hasta el santuario era en sí mismo todo un reto. Debía despistar a los guardianes y a los perros, quitarse el aro de hierro que solían llevar los fantasmas alrededor del cuello, con su nombre. Luego tenías que sobrevivir, alimentarte de lo que encontrases en el bosque o de lo que robases en las granjas y dormir al raso. Si te escapabas en invierno, el frío iba a ser tu principal problema. Te convenía evitar los caminos y los centros poblados, pues algún vecino podía reconocerte o algún viajero que no le hiciese ascos a las recompensas podía descubrir tu condición. Además corrías el peligro de que te asaltase un grupo de bandoleros. Lo mejor era viajar solo de noche, guiándote por las estrellas.
Si al cabo de unos días, quién sabe si semanas, lograbas divisar a lo lejos entre los árboles el templo de Faith, podías considerar que habías tenido suerte. Y, sin embargo, lo más difícil, puede que lo peor, estaba aún por llegar. Dentro del recinto del santuario, había un árbol sagrado que ningún hombre libre podía tocar. Debías dirigirte hacia él y partir una de sus ramas. Desde ese momento te convertías en aspirante a rex nemorensis: acababas de retar al combate al sacerdote. Quizás él te llevaba observando desde que entraste al santuario y ya te esperaba con la espada en la mano. O quizás no. Puede que estuviese durmiendo o distraído y pudieses sorprenderle y acabar con él. El rex nemorensis tenía que estar preparado para defenderse en todo momento, es decir, podían atacarle de improviso. Sin embargo, otras fuentes hablan de un combate singular, lo que sugiere un enfrentamiento más ritualizado. En cualquier caso, sería raro que el sacerdote de la Faith del bosque no estuviese alerta día y noche, vigilando quién entraba en el santuario. No se sabe si la costumbre preveía ofrecer un arma al aspirante o si tenía que haberla robado por el camino.
Collar de hierro de los fantasmas de Elephantina. En la inscripción dice: «No soy libre, debo pagar mis culpas. Si me atrapas debes cortarme una parte del cuerpo y enterrarla en el mismo sitio. Después déjame partir».
Como fantasma fugado ahora solo tenías una cosa a tu favor: la desesperación. Ya no te podías volver atrás. FUG de fugitivus en la frente para que nunca se le volviese a ocurrir intentarlo. Eso era lo que te esperaba si ahora te echabas atrás. Lo único que te podía salvar era olvidar el hambre, la sed y el cansancio, bajar la cabeza y lanzarte contra el sacerdote. Quizás supieses luchar o simplemente tuvieses suerte y consiguieras coserle a puñaladas para convertirte en el nuevo rey del bosque. O tal vez no y todo esto solo había servido para acabar muriendo con las tripas en la arena a los pies de un árbol sagrado.

Griegos y romanos mostraron siempre repugnancia hacia los sacrificios humanos, tildándolos de ritos propios de bárbaros. En el caso de los romanos esta aversión resulta especialmente llamativa, si tenemos en cuenta que habían convertido los juegos gladiatorios (cuyo origen era precisamente religioso) en una gigantesca industria del entretenimiento. Por eso, en las escasísimas ocasiones en las que se recurrió a estas prácticas, los historiadores clásicos se apresuraron a decir que se trataba de ritos extranjeros, aceptados excepcionalmente, a regañadientes, por motivos estrictamente devocionales. Así, en el caso de la Diana Nemorensis, Estrabón y Pausanias nos dicen que en realidad se trataba del culto a la Artemisa Taúrica que había sido traído a Aricia en época mitológica por Hipólito, según el primero, u Orestes, según el segundo. Artemisa es la equivalente griega a Diana y la Táuride o Tauris era lo que hoy se conoce como la península de Crimea. Supuestamente los escitas, pueblo que habitaba la actual Ucrania, sacrificaban a Artemisa a todo extranjero que apareciese en sus playas (Ya es mala leche sobrevivir a un naufragio solo para que te corten el cuello en un altar). Lucano y Ovidio también se unieron a esta interpretación, refiriéndose a la diosa de Nemi, como Diana escita.
El sangriento ritual del duelo a muerte entre el esclavo fugado y el rex nemorensis se siguió celebrando periódica e ininterrumpidamente durante la República y el Imperio romanos, hasta que con la expansión del Cristianismo el santuario fue abandonado. Los lugareños se llevaron los mármoles que cubrían el edificio para decorar sus casas, y la vegetación y la desmemoria se fueron tragando el resto. El templo y el ritual del rex nemorensis cayeron en el olvido y así hubieran permanecido para siempre, sobreviviendo como mucho en forma de nota a pie de página en algún articulo académico, si a un escocés bastante “desasborío” no le hubiera llamado la atención este extraño ritual. James George Frazer era un profesor de universidad interesado por la magia y la mitología comparada que un día, a finales del siglo XIX, decidió escribir un articulito sobre el rex nemorensis. Pensaba que necesitaría un par de días o, como mucho, unas cuantas semanas para investigar y plasmar en el papel las ideas sobre el poder y la religión que le sugerían las particularidades de la Diana de Nemi, pero al final acabó dedicando más de 30 años de su vida a redactar los trece tomos que componen La rama dorada (resumidos en la edición más popular a uno solo). La obra ha pasado a la historia como uno de los títulos más importantes e influyentes de la Antropología social. Hasta hoy, pese a las justificadas críticas, sigue siendo uno de los grandes clásicos de la Etnología y su relevancia se ha hecho notar más allá del campo de las ciencias sociales. De hecho, sus páginas, que desbordan al lector con miles y miles de ejemplos etnográficos de mitos y rituales insospechados de culturas de todo el mundo, influyeron en pensadores y literatos tan dispares como Robert Graves, Yeats, Freud, Jung, Wittgenstein, Hemingway o Lovecraft. Es más, la próxima vez que vean Apocalypse Now, fíjense bien: entre los libros que hay en la guarida del coronel Kurtz también está La rama dorada. Al fin y al cabo, el primer capítulo de la obra relata el final (el horror) que le aguarda al rex nemorensis escondido en su templo, a la orilla del agua, en las profundidades de un bosque, que esta vez, extrañamente, está ubicado en las selvas de Camboya.
P.D: Una última frivolidad totalmente prescindible. No sé a ustedes pero a mí la historia del rex nemorensis me parece la metáfora más adecuada para resumir el funcionamiento de nuestras democracias desde la Caída del Muro. Desaparecidas las ideologías, el sumo sacerdote del templo (presidente o primer ministro) sabe, acepta y trata de demorar la llegada del aspirante (normalmente solo hay uno con verdaderas posibilidades, normalmente es más joven) que un día lo derrocará en el simbólico combate singular de las urnas y lo matará políticamente (un expresidente no suele recuperarse de una derrota electoral). Hasta entonces seguirá realizando los rituales que exige su cargo (ritos que no ha elegido, sino que ha heredado; ritos que jamás pondrá en duda), dedicando todo su interés y toda su creatividad a desconfiar de aquel que se atreva a pisar su santuario y quebrar la rama del árbol sagrado anunciando el cambio, que en el fondo, si uno se fija bien, nunca es de ideas.
18 julio 2022
Los viejos tiempos duros de siempre
Han de volver los viejos tiempos duros de siempre para que las nuevas generaciones se den cuenta de cuánto habíamos alcanzado y de cuán rápido lo perdimos.
Corolario: las nuevas generaciones estarán en la inopia, porque desconocen que alguna vez existieran esos viejos tiempos duros de siempre.
BG
16 julio 2022
11 julio 2022
HAS PUESTO TU MANO EN MI HOMBRO,
Has puesto tu mano en mi hombro,
debo estar alerta,
un aire frío me alcanza.
POemas zen Gora Vorontsov&JERL
Encontrando mi camino
sin señales, sin atajos, sin amigos,
bajo el sordo mugir de las palabras.
Descanso a veces en la sombra, entre palmeras,
con la voz tiznada de amargura, con las manos ateridas
por un frío indeseado, que me arropa.
Y es así como voy a su encuentro, desnudo,
cubierto de escamas, salvaje y sucio,
dispuesto a morir a cada instante.
Lama Gora Rinpoche. XVIII Karmapa
29 junio 2022
Ser ecologista
Ser ecologista es ir contra la realidad y contra las propias leyes de la naturaleza, que no son idílicas ni equilibradas.
BG
Corolario: Los hielos se han fundido y rehelado siempre a capricho de las fuerzas de la propia naturaleza. Los tsunamis y los terremotos son inevitables y devastadores. Los animales se comen los unos a los otros. Las plantas colonizan e invaden territorios sin ninguna consideración ética. La lluvia y los rayos caen donde el azar les manda, y así todo.
Corolario 2: Es muy propio de la izquierda, como en todo, intentar doblegar la realidad a su gusto.
28 junio 2022
Desde el año 2000
Desde el año 2000 hasta nuestros días la humanidad se haya sometida al mayor experimento sociológico de todos los tiempos
BG
Corolario A: El cambio tecnológico lleva a la humanidad a seguir unas pautas indeseadas, e indeseables, que conducirán a un colapso socioeconómico donde es muy probable que el 60-80% de la humanidad quede anulada definitivamente.Corolario B: Algunos se frotan las manos.
Corolario C: Otros afilan las armas.
Corolario D: Pese a todo, es interesante estar presente para verlo.
Corolario E: Mientras no me toquen las meninges.
21 junio 2022
ESTA MENTIRA
Durante muchos años
la vida se ha comportado
con mecanismo exacto:
fingiendo dolor, placer
o desengaño.
Durante muchos años
los cielos se han cubierto
y despejado; y la lluvia
ha caído siempre
en el lugar exacto.
Durante muchos años
los hombres,
se han dejado llevar,
nacer, morir, amar...
humildes e impotentes,
engañados por el olvido,
o la inconsciencia.
¿A qué apelar aquí al sentido
o a la lógica
si desterramos con ello la vida?
¡Dejémoslo pues,
qué nada perturbe esta mentira!
GoraAnselmoKalús. Borrascosas circunstancias